En todo Madagascar, el respeto a los ancestros es muy ferviente. En el corazón de las Hautes Terres, una ceremonia, cuyo origen se pierde en la memoria de la humanidad, se perpetúa desde los tiempos más antiguos, el Famadihana. Todos los años, de principios de julio a principio de octubre, de pueblo en pueblo, las tumbas se abren y los vivos hacen una gran fiesta a sus muertos .
El famadihana de un ancestro, llamado "retorno de muerto", se organiza cada, tres o cinco o siente , nueve .... años. La decisión que determina la organización de esta ceremonia está a menudo ligada a lo sobrenatural; por ejemplo, cuando en un sueño un padre difunto dice a uno de sus descendientes que tiene frío. Un famadihana sale caro, dar a comer a los habitantes del pueblo, a los invitados y contratar grupos de música de mpihira gasy y mozika (banda) , sodina (flauta). Los gastos se reparte entre los miembros de la familia. Los astrólogos de la familia fijan el día y la hora del principio y el fin de la fiesta de famadihana.
El día convenido, se abren las tumbas y sacan los muertos .Seguidamente, la multitud de parientes y amigos coge los cuerpos y los llevan en una danza al lugar donde van a enrollarse una nueva tela ( lambamena). Se colocan los cuerpos en el suelo y los miembros de la familia los rodean. Piden bendiciones , y en las mortajas ponen una botella de ron, tabaco, o algo que le gusta a la persona cuando era viva. Son los regalos de los vivos a los muertos. Se mezclan risas y lágrimas, alegría y tristeza. Se toca a los ancestros para hacerles una caricia o para pedirles ayuda o consejo mediante una secreta oración. La familia cogen los cuerpos, danzan con ellos. Los dan varias vueltas a la tumba y, después, los ancestros se quedan otros cinco años en la soledad del descanso eterno.
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